En el planeta existen más de 20.000 especies de abejas y tan solo 7 son melíferas, es decir, producen miel. Pero entonces, ¿el resto de abejas que hacen? me han preguntado mucho últimamente. Como si algún ser vivo de este planeta no fuera esencial aunque no produzca nada directamente para nosotros, los seres humanos.
Pero es que resulta que estas miles de abejas que viven entre nosotros son esenciales para nuestra supervivencia ya que el 75% de los cultivos de alimentos de Europa necesitan ser polinizados por insectos y las abejas son las principales polinizadoras de muchos de ellos.
Así que podríamos decir que gracias a su trabajo se producen muchas de las frutas que consumimos.
De hecho, se estima que el valor generado por la polinización realizada por los insectos en la agricultura nacional sumaría 2.401 millones de euros (1), el 11,1% de la facturación en origen de los principales cultivos españoles.
Nos encontramos en un contexto de crisis climática y ambiental, y como no, los insectos el grupo más diverso del planeta no iba a librarse de nuestro modo de vida.
Un estudio realizado durante 27 años en 63 áreas de protección natural en Alemania concluyó con una disminución estacional del 76% en la biomasa de insectos voladores durante los años de estudio. Este dato se ha extrapolado a Europa y seguramente sea mucho peor en otras zonas.
El cambio climático, la pérdida y fragmentación del hábitat y el deterioro de la calidad del hábitat son algunos de los principales responsables de la disminución. Los efectos de los plaguicidas en la agricultura intensiva son un cóctel muy tóxico para las abejas cuando los ingieren que provocan su muerte y se está luchando por la prohibición de todos los neonicotinoides aprobados en Europa.
Las consecuencias de la pérdida de diversidad y abundancia de insectos generará efectos en cascada en las redes tróficas y pondrá en peligro los servicios de los ecosistemas en los que estos insectos están involucrados; como la polinización, el ciclo de nutrientes y servir como fuente de alimento de otros animales.
¿A qué estamos esperando para actuar?
Podemos tomar medidas en nuestro día a día que contribuyan a mejorar esta situación.
- Consumir productos ecológicos, para asegurarnos de que no utilizan plaguicidas y no están perjudicando a los insectos polinizadores.
- Renaturalizar nuestras zonas, generar un espacio diverso pensando en fomentar la biodiversidad dentro de nuestro hogar como en la terraza, balcón o huerto.
- Frenar el cambio climático consumiendo de manera consciente y respetuosa. Ser conscientes de que todas nuestras acciones tienen repercusiones en el medio.
- También podemos impulsar a nuestros políticos y entidades públicas a generar corredores ecológicos para paliar la fragmentación del hábitat de la fauna de nuestros municipios y zonas urbanas.
(1) Greenpeace, 2014. Alimentos bajo amenaza – Valor económico de la polinización y vulnerabilidad de la agricultura española ante el declive de las abejas y otros polinizadores.
Este post ha sido escrito por el equipo de Home 2 Bee, quienes están llevando un crowfunding para iniciar su proyecto empresarial que tiene como fin ayudar a las abejas. Puedes colaborar en este link: https://vkm.is/home2bee
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