¿Cómo hemos llegado a Punta Arenas?

con No hay comentarios
Vistas de Punta Arenas y el Estrecho de Magallanes desde mi ventana en el hotel / Sara Pinto.

 

No sé si llegaremos a pisar la Antártida con una pandemia que no para de ponernos obstáculos, pero sólo con lo que llevamos pasado no se nos va a olvidar la experiencia.

Hace ya dos años, un antiguo compañero de universidad estaba haciendo su trabajo de campo para la tesis en la Antártida. Le pregunté si había forma de ir a una campaña antártica sin ser parte de ninguno de los proyectos de investigación. Lo de estar obsesionada con la Antártida no es algo nuevo, es la gran representación de la naturaleza virgen, sin que el ser humano haya hecho de las suyas. O al menos no demasiado. Así que cualquier persona amante de la naturaleza o de las expediciones sueña con ir.

Como una revelación, este antiguo compañero me respondió que cada año se abría una plaza para divulgación desde las bases españolas. En ese momento me puse como una loca a buscar información de cómo funcionan las campañas y a buscar esa convocatoria.

Estábamos confinados, en ese primer confinamiento cuando el COVID-19 llegó a nuestras vidas. Así que aproveché y me puse a organizar un proyecto para presentarme a la convocatoria. Cuando me siento a redactar un proyecto o a organizarlo siempre miro qué ha hecho otra gente antes. Así puedo saber qué no se ha hecho para no duplicar trabajo, y además puedo documentarme.

Me di cuenta de que sí que se había hecho mucha divulgación. Pero que también quedaban infinitas posibilidades. No se había hecho por ejemplo, algo que es uno de nuestros objetivos: que llegue a público joven a través de las redes sociales. El nivel de la ciencia antártica española es impresionante y por eso, de veras, me explota la cabeza intentando entender por qué la campaña antártica no es trending topic en twitter cada año. Por esto, vamos a contar TODO lo que vamos viviendo en las redes sociales.

Los científicos y las científicas se van al fin del mundo a unas condiciones extremas, lejos de toda zona de confort, para poder sacar adelante una ciencia tan necesaria. Y esto hay que contarlo. La ciencia que no se cuenta parece que no existe, es invisible para quien no está dentro de este mundillo.

Una vez decidida a presentarme, vi que era inviable hacer esto sola. Si quería llegar a toda la gente que debía llegar, tenía que hacer algo que lo permitiera. Pensé en un documental sobre un tema del que no me fue fácil encontrar información divulgativa: la logística que permite a la ciencia hacer ciencia en la Antártida. Otra cosa que sigo sin entender: cómo Miki Ojeda, la persona que tiene en sus manos la logística de la campaña, no se ha vuelto loco aún con todo lo que supone algo de tal magnitud.

Una vez decidido el tema me busqué a 5 personas más. Un documental rodado por 6 es una locura, pero la convocatoria está pensada para una persona, ya que es una inversión que hace el Comité Polar, desde el Ministerio de Ciencia, en llevarnos en el Hespérides y mantenernos en las bases (lo cual es carísimo).

Aunque nos curramos mucho la convocatoria, el primer año que nos presentamos, con covid y campaña un poco fallida no hubo opciones. Así que el segundo año, para 2021-2022 volvimos a presentarnos a la convocatoria. Entre tanto, y pensando que no nos iban a escoger porque sólo había una plaza e intuíamos el nivel de quien se presenta a esta convocatoria, sacamos la noticia del Centro de Recuperación.

En la vorágine de intentar conseguir los fondos para el centro nos anunciaron que estábamos seleccionados. Pero sólo 2 o 3 personas. Os prometo que no esperábamos que nos dijeran que éramos nosotrxs quienes vendríamos a esta campaña. Así que todos los eventos que se estaban preparando para recaudar los fondos del centro se quedaron paralizados (ya los retomaremos a la vuelta). Así, en un giro de 180 grados nos pusimos a trabajar a tope en la campaña antártica. Y en toda una serie de pruebas a ir superando por el camino hasta llegar a donde estamos hoy.

Lo primero fueron las pruebas médicas. Para ir a la Antártida tienes que estar en muy buen estado de salud. Física y mental. Por eso, es obligatorio pasar pruebas médicas de ambas, que garanticen tu propia seguridad cuando estés en una de las Bases Antárticas Españolas (BAEs a partir de ahora). Piensa que si te pones enfermx, no puedes ir a un hospital como en cualquier otro sitio. Por supuesto tenemos médico en las bases, pero si la cosa se pone fea y hay que evacuar, no es nada fácil. Así que, por seguridad tenemos que ir todxs muy sanxs.

Una vez conseguido el apto médico para incorporarnos a la campaña, tocaba preparar equipaje rápidamente. Aunque ahora traemos con nosotrxs unos 20kg cada unx, la mayoría de nuestras cosas nos está esperando en la BAE Juan Carlos I. Esto fue también divertido: en poquísimo tiempo buscamos todo lo que necesitábamos, preparamos la ropa, el material para grabar, y empaquetamos en las cajas con la famosa foca incluida.

Junto a Celia, que se queda en España echándonos un cable, el 29 de noviembre nos fuimos a Cartagena desde Granada, para dejar nuestras cajas en la nave desde donde se cargan en el Hespérides. ¡Ah! subidón cuando vimos el Hespérides por primera vez. Como dos fans locas. Estuvimos toda la mañana por Cartagena buscándolo. De hecho cuando nos habíamos dado por vencidas y nos fuimos a comernos unos bocatas antes de volvernos a Granada, apareció delante nuestra. Los bocadillos se nos cayeron de la emoción. Pero vimos al Hespérides.

Celia es la mente cinematográfica del equipo. De hecho ella y otros dos compañeros estaban inicialmente en la lista para poder ir. Al poder ir finalmente sólo 3 y por circunstancias de cada unx, ella se queda en tierra pero sigue vinculada al proyecto. De hecho estaremos en todo momento en comunicación y ya nos ha ayudado a escoger materiales y dado algunos trucos para rodar.

Para poder preparar el equipaje teníamos que correr porque queríamos intentar buscar sponsors. Esta convocatoria nos cubre la estancia en las bases y los movimientos del Hespérides, que como ya he escrito es una gran inversión que se hace desde el Ministerio en nosotrxs. Pero todo lo demás nos lo hemos financiado cada unx a nivel personal. Y es también una gran inversión: material para grabar, ropa técnica, los vuelos a Chile, el hotel… puesto que no pertenecemos a ningún grupo de investigación que cubra esta parte.

Algunas marcas, a las que se lo agradecemos muchísimo, nos mandaron algunas de las cosas que necesitábamos para poder reducir el coste, pero el 90% está financiado por nosotrxs. Ya si conseguimos rentabilizar el contenido sería maravilloso. Se agradecen ko-fis que nos mandéis para apoyar la causa. Y compradle libros a Álvaro Luna. Y cursos a Aventuras Barbudas.

Y dos meses después. Aqui estamos. En Punta Arenas. Tras trámites infinitos y no sé cuántas PCRs. La presión por la pandemia nos pone en una situación especialmente estresante si damos positivo. Un positivo significa que nos quedamos fuera. Que nos volvemos a casa. No tenemos una tesis doctoral con datos que dependan de muestrear en la Antártida, por lo que sentimos que no llegar a pisar la Antártida este año puede significar que no la pisemos nunca, porque esta oportunidad no llega todos los días.

Tenemos una mezcla de emociones que lleva siendo una montaña rusa desde que nos dijeron que veníamos: desde la euforia de saber que íbamos a venir a la Antártida y pisar el Hespérides, al hundimiento total porque nos vemos fuera por algún fallo administrativo. La parte buena: cada minuto que pasa estoy más contenta de la elección del equipo. Han sido y nos quedan aún momentos muy tensos. Al menos si sale un positivo… la odisea juntos y las risas no nos las va a quitar nadie.

 

 

 

Si te gusta nuestro contenido y quieres apoyarnos para que podamos seguir haciéndolo puedes hacerlo enviándonos un café a través de ko-fi. Tú pones 1€ y nosotrxs a cambio de esa energía te mandamos cada mes un ebook con contenido exclusivo. Y si te suscribes nos tomamos un café online todxs juntxs.