Las Gladis se están haciendo famosas. Dicen de ellas que han iniciado una venganza contra los barcos, y en extensión contra el ser humano. Pero yo conozco a las Gladis desde hace bastante tiempo, en persona, y la verdad es que no parecen muy vengativas. Conmigo siempre fueron bastante majas.
Cuando sales a navegar por el Estrecho, antes de que la embarcación salga del puerto, sabes perfectamente cuándo hay probabilidades de interacción de orcas con la embarcación, sales a navegar sabiendo el riesgo que existe. Como cuando se acerca una tormenta o el mar no está en las condiciones adecuadas para hacerlo. La naturaleza es así.
Las interacciones suelen ser con los veleros. Esto es así porque los veleros, por su estructura, tienen un timón que permite que la orca pueda agarrarlo. Cuando en un velero controlas el timón, tienes el control total de la embarcación, por lo que si la orca controla tu timón, ella controla la embarcación. Aunque no sólo afecta a veleros, algunas gladis jóvenes se han visto ya interactuando también con embarcaciones a motor, y sin adultos cerca, es decir, por iniciativa propia y no por imitación.
Tras viralizarse la noticia de “los ataques” de orcas, se ha dicho que una orca llamada Gladis inició esto y ahora está enseñando a la demás. Que es una venganza que está llevando a cabo por algún evento traumático. Como la que prepara un ejército. Pero nada más lejos de la realidad.
Por un lado Gladis es el término que reciben las orcas que interaccionan con los barcos. No el de una orca en particular. Las gladis y sus compañeras forman una población única en el mundo, con alrededor de sólo 40 individuos. Tienen unas técnicas de caza especializadas en los atunes que son únicas. Y todos los veranos vienen al Estrecho tras el atún.
Estas técnicas de caza únicas son posibles porque las orcas tienen cultura. Esto significa que aprenden unas de otras, que se transmiten conocimientos que en la naturaleza les da alguna ventaja. Por eso las jóvenes imitan de forma natural a las mayores. Es decir, que las gladis van a aprender a hacer lo que hacen sus mayores no porque haya una orca preparando un ejército vengador, sino porque es una de las formas que tienen de preparar a sus crías para la supervivencia.
Las orcas llevan años y años interaccionando con embarcaciones de pescadores, en este caso por el atún. La peculiar relación entre orcas y personas en el Estrecho no es nada nuevo. No sólo con pescadores, también con barcos de avistamiento. Una interacción por sí misma no tiene por qué ser “mala”. Es simplemente que existe una interacción.
Pero ni entonces ni ahora, estas interacciones se han dirigido hacia ningún ser humano. Esto es importante tenerlo en cuenta. En uno de los artículos (de los buenos) que he leído estos días sobre las Gladis, había un muy buen ejemplo: esta situación es como cuando un perro le ladra a las bicis, o a un patinete. Pero no a la persona, si nos bajamos de la bici o del patinete, no tendrá problema con el ser humano que lo conducía.
Realmente no se sabe el por qué de este comportamiento. Existen dos hipótesis principales: un comportamiento autoaprendido que podría estar relacionado con aprendizaje de caza o incluso juego, o evitar que se repita algún episodio traumático que tuvieron.
El primer caso sería que simplemente ese timón les sirve para practicar sus dotes de caza de atunes, ensayando con algo que se mueve y tiene forma parecida. O incluso por pura rutina. Las orcas son animales extremadamente inteligentes. Y sólo hace falta observarlas un poco para darse cuenta. Lo que más me impresiona cuando las veo es percibir que entre ellas se están comunicando. Las puedes ver hablar en su propio idioma, del que no estás entendiendo nada.
La otra teoría indicaría que este comportamiento lo tienen en respuesta a algún evento traumático que pudo haber sufrido la primera Gladis. La pérdida de alguna cría, algún problema con alguna embarcación… no podemos saberlo porque realmente nadie ha visto este suceso. Todas las noticias que han salido afirmando que es una venganza por esto, están basadas en una posible suposición.
En el caso de que esta teoría, como muchos expertos opinan, sea la correcta, esto no significa que las orcas ahora quieran vengarse. Significa que están evitando que eso que es peligroso para ellas esté en su territorio. Donde se alimentan y donde crían. Puede que ni siquiera este evento les ocurriera con un velero. Lo que estarían haciendo sería evitar un riesgo para su grupo evitando la presencia de lo que en ese posible evento traumático fue el origen.
En el mar, cada uno tiene su espacio. He visto a calderones comunes en el Estrecho que dejan claro su territorio. Y las orcas lo entienden. O simplemente evalúan y se las apañan para que cada uno tenga su trocito y no se molestan entre ellos.
Por el Estrecho, a día de hoy pasan a diario más de 400 embarcaciones de gran tamaño. En comparación con las 40 orcas, le llevamos cierta ventaja. Aunque ellas estaban primero. Y los delfines. Y los cachalotes. Y los rorcuales (sí, la segunda ballena más grande del mundo pasa por el Estrecho de Gibraltar).
El Estrecho es un movimiento continuo. Está la almadraba, están los mercantes, el puerto de Algeciras es el segundo más importante de Europa… y en todo esto están las orcas. Soportan la contaminación, los ruidos, las posibles colisiones con embarcaciones que pueden provocarle la muerte…
Las orcas ibéricas necesitan protección, no ser llamadas asesinas, por eso debemos tener mucha prudencia cuando hablamos de estas interacciones. Si las orcas quisieran, podrían hundir rápidamente cualquier embarcación de un tamaño pequeño. Y sin embargo no parece ser el objetivo, puesto que el porcentaje de embarcaciones hundidas es bajísimo dentro de las que han vivido una interacción.
Esto tampoco quiere decir que en cuanto una orca se encuentre una embarcación va a ir directamente a tener una interacción. He perdido la cuenta del número de veces que he salido a navegar a verlas, hay empresas que viven del avistamiento de orcas, y cuando se hace bien (poniendo como prioridad a los animales y no el turismo), la experiencia que os llevaréis es todo lo contrario a encontrarte con unas “asesinas”. Me molesta hasta escribirlo entrecomillado. Si tenéis la oportunidad de ir a verlas, de forma respetuosa, os puedo asegurar que es una experiencia maravillosa. Encontraréis familias en plena naturaleza, libres en el mar, y que necesitan nuestra protección.
Estos animales nunca tuvieron buena prensa con eso de llamarlas Killer whales (ballenas asesinas), cuando en libertad nunca se ha registrado una muerte de un ser humano por ataque de orca. Esto sólo ha ocurrido en delfinarios. Puede parecer exagerado poner tanta atención a cómo se les está describiendo, pero estigmatizar a una especie asociándolas a palabras como “terror”, “ataque”, “venganza”, es poner un obstáculo más a quienes trabajamos en conservación. Las especies estigmatizadas nunca son fáciles de proteger.
En estos momentos cualquier embarcación sabe que pasando por el Estrecho se arriesga a una interacción no deseada.. Mientras las orcas estén por aqui, en los pocos kilómetros que ocupa el Estrecho, la interacción es posible, no asegurada. Existe un protocolo de actuación si estás en una embarcación que se ve afectada. Y este comienza porque pares de mover el timón. Volviendo al ejemplo del perro: si mueves un juguete delante de tu perro, aunque inicialmente no le estuviera prestando atención, ese movimiento le atraerá y provocarás el juego. Si paras, probablemente pierda el interés y vuelva a su siesta.
Si lo que las orcas quieren es evitar que un peligro entre en su territorio, lo primero será parar esa navegación. Si el barco continúa navegando se puede iniciar un comportamiento de persecución. Por ello, hay que quitar las manos del timón, mantener la calma (aunque es más fácil decirlo que hacerlo) y esperar a que se vayan sin ruidos. Y sin olvidar que lo primero es llamar al 112, ya luego grabamos con el móvil si queremos.
Está claro que es una situación a tener en cuenta porque es un riesgo para quienes navegan, sobre todo si la embarcación se hunde, pero eso no convierte a las orcas en animales que nos quieran asesinar. Salvamento Marítimo hace muy bien su trabajo (lo sé por experiencia, pero eso es otra historia), hay avisos, hay protocolos. Y si es necesario, en determinadas épocas se tendrá que evitar la navegación por ciertas zonas. No es todo el año ni todo el mar. Si los cetáceos han aprendido a convivir, nosotros también podremos hacerlo.