Con el frío, muchos animales inician la diapausa, comúnmente conocida como hibernación. Esta consiste en período de tiempo en el que ralentizan su metabolismo, mientras persisten las condiciones adversas, y volverán a activarse cuando vuelva el buen tiempo. Esto significa que si tenéis ahora mismo un galápago en casa se habrá buscado un lugar para pasar en estado de letargo el invierno y no volverá a activarse hasta la primavera o cuando vuelvan días más cálidos.
Sin embargo si echáis un vistazo a las tiendas de mascotas, probablemente encontraréis que tienen galápagos muy activos, en cualquier época del año. Esto se debe a que se mantienen en acuaterrarios a mayor temperatura de la que hace en el ambiente, por lo que no notan el cambio de esta, y por tanto el comienzo de su diapausa. Esto modifica el metabolismo de los animales, y puede llegar a provocarle estrés, puesto que las temperaturas templadas o altas provocan una mayor actividad. Con esto además, se les está alterando el ciclo biológico que seguirían en caso de estar en la naturaleza.
El inicio de la hibernación no sólo viene dado por la temperatura, las horas de sol por ejemplo son otro indicador, y cuando comienzan a disminuir, también disminuye la ingesta de alimento poco a poco, hasta llegar a estar al mínimo justo antes de hibernar. Por ello los galápagos en cautividad necesitan que estos cambios sean recreados, puesto que si comenzara la diapausa con comida aún en el digestivo esta probablemente no llegaría a ser digerida correctamente y provocaría daños al animal.
En cualquier caso, antes de plantearnos si quiera tener estos u otros animales como mascotas debemos informarnos bien de las necesidades que tienen y pensar si verdaderamente no estarían mejor en la naturaleza, en qué condiciones han vivido para que nosotr@s los tengamos y qué implica el cautiverio para ellos. Además pueden ocasionar grandes desastres ecológicos: el galápago americano que se ha vendido en multitud de tiendas durante muchos años, es una especie invasora. Si estos acaban en cualquier sistema acuático junto a nuestras especies, por su voracidad y fuerza al competir por los mismos recursos desplazan a las especies endémicas y acaban colonizando el nuevo ecosistema. Esto supone una gran amenaza para todas las especies, por ello es de gran importancia que conozcamos las posibles consecuencias incluso si queremos liberar al animal: soltar un galápago en un río puede acabar con el ecosistema completo.
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