En los animales, el ADN (que contiene la información genética) se transcribe y pasa su información a una molécula llamada ARN, y desde el ARN se traduce a proteínas.
En el ADN se encuentran cuatro tipo de “piezas” llamadas nucleótidos, que pueden ir combinándose de diferente forma y es la manera que tienen nuestras células de guardar la información genética. Luego estas piezas son copiadas a su manera por el ARN y se transmiten hasta llegar a formar distintas proteínas según el código que lleven. Cuando alguno se estos 4 tipo de piezas cambia de sitio, falta o se encuentra demás por alguna mutación, la proteína que resulta es diferente.
Este es el proceso general, para que se produzca un cambio en el código tiene que suceder una mutación y no es algo que ocurra tan fácilmente. Por ello es extraordinario lo que recientemente han encontrado y publicado en la revista Cell algunos científicos: algunas especies, entre las que se encuentran los pulpos pueden utilizar unas enzimas que cambian el código que lleva el ARN, y esto se traduciría en proteínas diferentes a las que el ADN inicialmente tenía “diseñadas”.
Además, el grupo de investigadores han encontrado que estas modificaciones provocadas en el ARN están relacionadas con funciones neuronales, por lo que postulan que puede que estas transformaciones del material genético sean uno de los motivos de su gran inteligencia y capacidad para adaptarse a entornos cambiantes.
Además las curiosidades sobre su sistema nervioso e inteligencia no acaban aqui: los pulpos tienen “9 cerebros“, tienen uno central y ocho más extendidos en torno a los tentáculos, donde tienen una gran acumulación de neuronas. Por ello pueden mover cada ventosa de cada tentáculo de forma precisa igual que haríamos nosotros con nuestros dedos.
Los estudios demuestran la gran inteligencia que tienen a la hora de superar retos resolviendo problemas, adaptándose a situaciones, y también se ha comprobado que tienen personalidad propia y que reconocen perfectamente a los científicos que han trabajado con ellos. Tienen memoria a corto y largo plazo, y capacidad para jugar o aburrirse. Por ello mismo en algunos centros en los que viven en cautividad habría que plantearse realmente las condiciones en las que viven.
Aún no se conocen todos los aspectos de un sistema nervioso y una inteligencia tan especial y que puede revelar muchas claves en la evolución de los sistemas cognitivos de otras especies.
Bibliografía:
Artículo del que se extrae la información: https://www.cell.com/fulltext/S0092-8674(17)30344-6.
Otras mentes. El pulpo, el mar y los orígenes profundos de la consciencia. Peter Godfrey-Smith. Ed. Taurus.
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