LA VERDAD DEL CUELLO DE LAS JIRAFAS

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el cuello de la jirafa suele ser uno de los ejemplos típicos que se utilizan para explicar la selección natural y la evolución. Pero ¿Entendemos realmente como funciona? No se trata de que cada vez las jirafas lo usen más y por eso cada vez nacieron con cuellos más altos y fuertes que les permitían llegar a las mejores hojas para alimentarse. Realmente lo que ocurre es que los más fuertes, que son los que mejor se alimentan son los que sobreviven y por eso transmiten sus genes a la descendencia los que tienen cuellos más largos.

O esto es lo que se creyó durante mucho tiempo. Un estudio publicado por los zoólogos , y podría hacer que cambiaran incluso estas creencias: en la época seca las jirafas no se alimentan de los árboles, sino de los arbustos bajos. De hecho pasan más del 50% del tiempo alimentándose con sus cuellos en horizontal, lo cual no es algo muy cómodo.

Por ello los investigadores proponen que el motivo del largo cuello no sea llegar a hojas más altas, sino que la clave está en cómo luchan los machos para poder tener acceso a las hembras y reproducirse. Si nunca habéis visto cómo lo hacen tenéis este vídeo que lo explica claramente:

Esta forma de lucha se suele denominar “necking”: los rivales se sitúan flanco con flanco y comienzan a balancear los cuellos para golpear con la cabeza al adversario. Cuanto más largo tengan el cuello y más fuerte, así como un cráneo mayor, más posibilidades tendrá de ganar a otros machos.

De hecho, los machos dominantes son los que tienen más cuello, y cráneos de mayor tamaño. Además cuanto mayores son de edad, mayor es el cráneo, puesto que sigue creciendo respecto al cuerpo. En las luchas por conseguir el acceso a las hembras es común que queden muy heridos o incluso pueden llegar a morir, por lo que finalmente se reproduce el que tiene cuello más largo y fuerte. Del mismo modo el dominante será el que más posibilidades decida y el macho dominante es el que ha ganado en este tipo de luchas, por lo que tiene el mayor cuello y cabeza.

Aunque no se pueda concluir exactamente cuál es la teoría más acertada, está propuesta (publicada en 1996, no es tan reciente) definitivamente ofrece datos cuantitativos más exactos que el simple hecho de que se deba a la mejor alimentación por alcanzar las hojas más altas.

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