LAS VACAS, LOS MASTINES Y EL LOBO

El lobo ibérico, como ya hemos visto en otro post, está en grave peligro de extinción, con una población de alrededor de 2000 lobos en la península, y su situación se debe a la acción del ser humano. La caza y la disminución de su hábitat son dos de la causas más importantes. Existe otro conflicto que disminuye directamente la población de nuestro lobo y que podría tener una solución más fácil y natural de lo que pudiéramos pensar. Se trata del existente entre ganaderos y lobos, quienes dicen sufrir continuos ataques del depredador que mata a sus rebaños y le hacen por tanto perder dinero y sustento.

Una posible solución a estos ataques podría ser pedirle ayuda a nuestro mejor amigo: el perro. Al utilizar mastines o perros de los denominados molosos (razas de perros de gran tamaño, de constitución musculosa, fuertes mandíbulas, gran cabeza y hocico corto, lo que les hace ser excelentes guardianes y defensores). para guardar el ganado hace que el lobo no se acerque a atacarle, puesto que los perros guardianes son un rival demasiado fuerte como para arriesgarse. Aún así los perros pueden sufrir ataques y verse envueltos en riñas con los lobos por defender su rebaño, por lo que es común proteger al perro con un collar especial en el cuello para que el lobo no pueda hacerles daño si muerde en esta zona.

Un único perro de guarda no es rival para una manada de tres o cinco lobos. Por lo que tendremos que saber cuántos perros serían necesarios para hacer su trabajo y salvaguardar sus vidas. Los lobos pueden llevar a cabo estrategias de caza con distracción, y uno de ellos puede encargarse de distraer a un perro mientras el resto de la manada lleva a cabo el ataque sobre el rebaño, por lo que tendremos que tener un grupo de perros y entrenados para ello.

En este documental recientemente estrenado por Lobo Marley, sus dos protagonistas nos hablan en profundidad de este tema. David Nieto, biólogo experto en lobos y autor del libro Cómo proteger el ganado con perros, comenta la labor de los perros de Alberto, un pastor que no sufre los ataques del lobo gracias a sus compañeros de trabajo caninos.

En toda esta historia podría parecer que el lobo es el malo, pero nada más lejos de la realidad. Esta especie en primer lugar es nuestro gran depredador, e igual que en la sabana africana el león controla las poblaciones de gacelas y cebras para que no haya una sobrepoblación, el lobo se encarga de controlar las poblaciones de herbívoros, como corzo, ciervo o incluso de jabalí. Esto supone un gran beneficio para el ganado aunque no lo parezca a simple vista.

Estos animales, que son las presas del lobo, sufren enfermedades como la brucelosis que puede ser transmitida al ganado. El lobo suele dar caza a los individuos más débiles, viejos o enfermos, por lo que elimina a los que padecen esta enfermedad y así evitan de forma natural la expansión de esta enfermedad.

El conflicto con los ganaderos, ha llevado a muchos a tomarse la justicia por su cuenta (no hay que generalizar, de hecho cada vez hay más pastores que se suman a hacer las cosas bien), y dan muerte a los lobos que les atacan. Esto es contraproducente para ellos mismos, puesto que normalmente en estos ataques muere el lobo alfa, y la manada al verse sin líder se dispersa, y vuelve en busca de las presas que parecen fáciles: el ganado.

Existen estudios incluso que indican que con simples grabaciones de aullidos de lobos que se reproducen durante la noche, los lobos creen estar escuchando otra manada y no se adentrará en el territorio, aunque sus eficacia no es 100% fiable. El proyecto  WOLF: Wild Life & Farmers nos da algunas indicaciones para buenas prácticas ganaderas, con la intención siempre de ayudar a lobo.

La conservación de una especie pasa por la acción de todos los factores implicados. Ninguna especie debería considerarse enemiga de otra, ni el lobo enemigo de la ganadería. Ambos pueden y han convivido años antes de forma natural. De la misma forma, desde las instituciones podrían fomentarse las buenas prácticas ganaderas, ayudando por ejemplo al mantenimiento de este tipo de perros. Una especie de la que sólo quedan 2000 individuos y que está al borde de la desaparición necesita la ayuda de todos y todas, y que desaparezcan los mitos que hacen al lobo al malo de la película.