Lo primero es tener en cuenta que existen muchos tipos de medusas diferentes, que son animales y que muchas veces llamamos medusas a lo que en realidad son muchos organismos unidos.
De forma genérica, a las medusas, se les teme por sus picaduras e incluso se cree quenos siguen para picarnos. Esto no es cierto, las medusas se mueven por propulsión, gracias a los chorros de agua que consiguen expulsar muy fuerte al tensarse. Otras no tienen ni esta capacidad, y simplemente son movidas por las corrientes, formando parte del plancton.
Algunas como la carabela portuguesa, utilizan estrategias para moverse por el agua un poco especiales: en este caso utilizan una vela gelatinosa que queda en la superficie, flotando, y que es impulsada por el viento como un barco, moviendo así a la falsa medusa. Y es falsa medusa porque que en realidad no es una medusa sino una colonia de organismos que se dividen el trabajo y que en conjunto tienen forma de medusa,
Cuando nos movemos cerca de ellas alteramos los movimientos de agua y por tanto puede que modifiquemos su dirección de propulsión, pero en ningún momento tienen un desplazamiento dirigido para atacarnos.
Respecto a la picadura esta se produce debido a que las medusas tienen un tipo de célula especial llamada cnidocito. Estos generan una estructura especial, como veis en la foto llamada nematocisto. Esta estructura es la que utilizan para inyectar la toxina en las presas y también como defensa.
Los nematocistos son como unas finas cápsulas compuestas por un material parecido a la quitina, y tiene una hebra enrollada que sería el filamento. Si no ocurre nada, está tapado por el opérculo, cuando la presa entra en contacto, se abre el opérculo, se descarga el cnidocisto y se inyecta la toxina.
Al ser carnívoras, las medusas utilizan estas toxinas para inmovilizar a sus presas. En estado de pólipo también suelen poseer cnidocitos en la cavidad gástrica, pero al estar en la parte interna del animal no nos preocupa tanto a los humanos.
En cualquier caso, si te encuentras una medusa en el agua, simplemente apártate y no la toques, no va a perseguirte, lo único es que tienes que hacer es evitar crear con tu movimiento en el agua una pequeña corriente hacia ti que pudiera atraerla.
Fuente:
Principios generales de Zoología. Decimotercera edición Hickman, Roberts, Larson, L Anson Eisenhour.