En 2009, en el fondo del Mar Rojo, un grupo de delfines hacía cola para frotarse con un coral. La investigadora, Angela Ziltener de la Universidad de Zurich ha pasado 13 años desde entonces estudiando este comportamiento que finalmente ha podido descifrar y que ha publicado en un artículo científico: los delfines utilizan el arrecife de coral como “su farmacia”.
Y no utilizan una especie cualquiera, utilizan dos gorgonias (Rumphella aggregata y Sarcophyto sp. y una esponja (Ircinia sp). Además, no las utilizan por igual sino que las utilizan de forma diferente en distintos momentos. Este comportamiento tan específico ha recibido el nombre de “gorgoning“.
Tras analizar los componentes de estos corales y esponja, el grupo de investigación encontró más de 17 compuestos bioactivos, entre los que se encuentran sobre todo sustancias antibacterianas y antimicrobianas, antioxidantes, e incluso compuestos hormonales. Gracias a estos compuestos, los delfines consiguen aliviar picor o curar mejor su piel. Según la propia investigadora, cuando les observamos es como si “se ducharan”.
Pero ¿cómo es posible que sepan que tiene esos efectos? Son animales muy inteligentes, pero no tienen un laboratorio… Lo que sí tienen es experiencia y el aprendizaje por observación. Sólo los delfines mayores de un año lo hacen, por lo que probablemente se lo enseñan las madres y otros adultos. Es probable que un primer delfín en algún momento, con algún daño en la piel se rozara por casualidad con estos corales y sintiera el alivio, por lo que repitió este comportamiento. Y a partir de él, pudieron aprender otros.
Los delfines no son el único ejemplo animal, hay otros que en vez de ·ducharse”, llenan su casa de plantas medicinales. Es el caso de los estorninos en Norteamérica. Cuando toca construir el nido, recogen especies de plantas muy aromáticas, que están repletas de aceites esenciales, con las que recubren los nidos. Para ello utilizan el olfato, especialmente los machos, a quienes se les agudiza cuando llega el momento de la reproducción.
Los investigadores Larry Clarck y Russel Mason, retiraron de los nidos de una parcela de estudio estas plantas aromáticas para ver si tenían algún efecto. Lo que descubrieron fue que al retirarlas aumentaron las infestaciones por ácaros y piojos puesto que las plantas tenían compuestos que ralentizaban la eclosión de los huevos de estos.
Estudiaron los compuestos de las plantas aromáticas y encontraron que tenían muchas sustancias bactericidas, en concreto funcionaban contra S. aurealis, S. epidermis, y P. aeruginosa. Pero esto, es una ventaja extra, en realidad los resultados de sus estudios demostraron que el uso de estas plantas en los nidos se debía a que estas sustancias que emitían las plantas les aliviaba el picor o las consecuencias de los ácaros y piojos, así como mejoraba la salud de los pollos.
Hay especies que llegan a “ingerir la medicina”. La investigadora Holly Dublin de la World Wildlife Fund estudiaba los elefantes en Tsavo Park (Kenya) cuando encontró un curioso comportamiento en una hembra gestante: recorrió en un sólo día seis veces más de lo normal hasta encontrar un árbol de la especie Burkea africana. Lo devoró. Tenía un motivo en su estado para recorrer esos kilómetros con el esfuerzo que supone.
Después de esto dio a luz.
La investigadora averiguó que esa planta es la misma que utilizan las mujeres en Kenia para inducir el parto, y en ocasiones el aborto. ¿Casualidad?
Fuentes:
https://www.dolphinwatchalliance.org/index.php/forschung/projekte2/self-rubbing-behaviour
https://docplayer.es/82128144-Universidad-tecnica-particular-de-loja-area-biologica.html
https://www.elsevier.es/es-revista-offarm-4-pdf-13050012