¡UN CERNÍCALO NINJA!

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A ver, a ver. Qué vais a pensar que me he golpeado la cabeza al salir de la cueva. Lo que veis n el vídeo es un ejemplar de Torcecuello euroasiático (Jynx torquilla), la niña del exorcista para los amigos (échale un ojo al vídeo). Es el menor de los pícidos (pájaros carpinteros) que podemos encontrar en la Península Ibérica, y el más extraño también: no taladra la madera, no tiene rectrices rígidas (plumas de la cola), prefiere ramas horizontales, su coloración es  críptica y suele corretear por el suelo; casi parece más un paseriforme (pájaros que cantan).

Pues bien, este aprendiz de pájaro carpintero es muy difícil de ver. Suele estar entre las ramas y se camufla tan bien que pasa desapercibido casi todo el año. ¿Y por qué decimos casi?
Durante la época de celo, que suele coincidir con la primavera (según latitudes varía de marzo a junio), realizan unos reclamos sonoros muy, muy ninjas. ¿Os cuento la historia de cómo aprendí yo a identificarlos?

Era primavera y yo solía pasear a menudo por varios jardines periurbanos, y empezaba más o menos a controlar las especies que en él me encontraba. De repente, un día, escuché un cernícalo (que no era tal), y no le di más importancia. Al día siguiente, otra vez, y miraba al cielo y no veía nada cerniéndose, extraño. Y así, hasta que un día empecé a seguir el sonido y llegué a los árboles. El sonido venía de la copa de los árboles. ¿Pero qué leches hacía un cernícalo en la copa de un árbol? Y según paseaba, y más me centraba en el sonido… ¡más cernícalos parecía que estuviesen en los árboles! Esto no podía ser. O yo tenía fiebre o eso no eran cernícalos por más que a mí me lo pareciese. Grabé el sonido y se lo mandé a un anillador, y en nada, tuve respuesta: un torcecuello. Se rió de mi aventura.

Así que ya sabéis, si vas paseando en primavera por parques, bosquetes y zonas con árboles y escucháis un súper cernícalo, que sepáis que no es tal, en realidad se trata del torcecuello, ese pícido ninja tan fascinante.

PD: en el vídeo podéis ver como retuerce el cuello, y ya podéis imaginar de dónde le viene el nombre. Esto lo realiza como maniobra defensiva, para asemejar su comportamiento al movimiento de una serpiente y ahuyentar a los depredadores. El vídeo fue grabado en una sesión de anillamiento, y el torcecuello manejado por un anillador experto.

PD.1: dicen los que saben, que también se puede confundir con el canto del alcotán. Aunque este no es tan habitual de ver y escuchar como el cernícalo, que podemos tener más familiarizado.

 

Este post ha sido escrito por El Ninja Verde

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