Si queremos sumergirnos en el agua, tenemos que hacer un gran esfuerzo e ir equipad@s con el material necesario, sin embargo siempre he envidiado la facilidad con la que los peces pueden moverse en su medio. Parecen nadar incluso involuntariamente, cuando a nosotros el agua nos ofrece una gran resistencia al movimiento.
Esta facilidad la consiguen gracias a diferentes adaptaciones que le permiten la flotación y el movimiento. Los tiburones para evitar hundirse deben estar siempre en movimiento, para ello las formas de sus aletas caudales (la de la cola) y las pectorales (a los dos lados) junto con la gran superficie de la cabeza le ayudan a facilitarlo. Además en el hígado tienen una sustancia especial denominada escualeno, que tiene una densidad muy baja, por lo que el hígado sería como un flotador oleoso que compensa el gran peso del cuerpo del tiburón.
Pero el mejor flotador que podemos encontrar en peces es la vejiga natatoria. Esta se encuentra en los peces óseos. Sin ella los peces se hundirían, al tener este “flotador lleno de gas” en su interior, los peces pueden compensar la alta densidad de los demás tejidos con el gas para conseguir flotar. Según la profundidad a la que se encuentren o estén bajando, comprimirán más la vejiga para pesar más y poder hundirse: si el pez desciende, baja a más profundidad aumenta la presión, comprime la vejiga, el pez pesa más y se hunde. Si por el contrario se dirige a la superficie, disminuirá la presión, se expande la vejiga, el pez pesará menos y flotará.
Para controlar el aire que hay en la vejiga lo pueden extraer de dos formas: algunos tienen un conducto neumático que conecta la vejiga con el esófago, por lo que podrían expulsarlo por la boca. En otros el mecanismo es más complejo, no tienen el conducto neumático, por lo que incorporan el gas a la sangre en un área con muchos finos vasos sanguíneos llamada óvalo.
Por otro lado tienen unos mecanismos de propulsión para nadar hacia delante rápidamente gracias a una musculatura que tienen preparada para ello formada por bandas musculares dispuestas en zig-zag llamadas miómeros, muy cortas y plegadas, con forma de W, para favorecer una natación más potente y mejor controlada. Para entender cómo se mueven los peces podemos imaginarnos el movimiento de una culebra: a través de ondulaciones que se desplazan de delante hacia atrás del cuerpo. Cuando las ondulaciones se mueven hacia atrás, la curvatura del cuerpo presiona lateralmente contra el agua formando una fuerza de reacción que les impulsa hacia delante.
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