Estamos acostumbrados a relacionar el término “depredador” con “carnívoro”, pero en este post me referiré a depredador desde su definición ecológica, como un ser vivo que se alimenta de otro vivo o muerto o de una parte de él. Desde este punto de vista el león es depredador de la cebra, y la cebra sería depredadora de la hierba. Solo los organismos fotosintéticos (plantas y algas) no serían nunca depredadores, el resto puede ser depredador o depredador y presa según el punto de vista o la situación en la que lo analicemos.
Una vez tenemos esta idea clara, podemos empezar a ver cómo funcionan o qué relación hay entre la población de un depredador y la población de su presa. Según el modelo de Lotka Volterra, se puede observar que a lo largo del tiempo las poblaciones de ambos no se mantienen constantes, sino que por el contrario oscilan e interactúan entre ellas.
Un claro ejemplo para ver estos cambios, es decir, para estudiar la dinámica de poblaciones es el lince y las libres. Gracias a la información que se obtiene de las pieles que los cazadores de Norteamérica obtenían desde hace casi 200 años se puede construir la siguiente tabla:
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