EL LENGUAJE DE LAS ABEJAS

Los seres humanos no somos los únicos que tenemos nuestro lenguaje. Todos los animales se comunican a través de sonidos, olores, movimientos o contactos, pero existe un idioma especialmente sofisticado: el de las abejas. Utilizan un complejo lenguaje a través de símbolos con sus movimientos que les sirve a las obreras para localizar el alimento.

El lenguaje en la danza de las abejas fue descubierto por Karl von Frisch en 1973, aunque tuvo posteriores revisiones y mejoras, hasta tal punto que se construyó una abeja robot que imitaba los movimientos de la danza e incluso el zumbido, y cuando se le introducía en una colmena las abejas entendían el mensaje.

Este mensaje se transmite a través de la danza de agitación, formada por tres tipos de pasos: 1) un círculo 2) una línea recta en la que agitan el abdomen 3) círculo girando en sentido contrario al primero.

Las vibraciones en la línea recta son muy importantes: la dirección de esta línea indica la dirección en la que han encontrado alimento. Su punto de orientación es el sol: realizan la danza tomándolo a él como referencia y describiendo un ángulo en vertical que equivale al ángulo de la dirección en el terreno para encontrar la comida.

Además del ángulo también indican la distancia a la que se encuentra la fuente de alimento: si el alimento está a menos de 50m emplean la danza circular, que es simple: describe un círculo en el sentido de las agujas del reloj y otro en el sentido contrario. Cuando bailan esta danza se le acercan otras abejas que comienzan a buscar el alimento en zonas cercanas sin alejarse demasiado, sin tener en cuenta las vibraciones en línea recta.

Si el alimento se encuentra más lejos pasan a la danza de agitación, que sí incluye la información de la dirección. el ritmo d elas vibraciones es inversamente proporcional a la distancia: si está cerca vibrará más rápido.

Si la comida es muy abundante en el entorno no suelen danzar, pero cuando escasea sacan sus expertas dotes matemáticas para calcular ángulos y distancias y aumentan las danzas cuando vuelven a las colmenas después de haber encontrado alimento.