
El ave de la foto es conocido por muchos nombres diferentes, ya que vive en diferentes zonas del continente americano y en cada una de ellas se le ha denominado con distintos nombres comunes: quelele, clérigo, águila mexicana, zopilote mexicano, cargahuesos, querque, carancho norteño, caracará moñudo, caricare encrestado… Su nombre científico es Caracara cheriwey, y se distingue de otra especie de caracara por el intenso color naranja que podéis ver entre pico y ojo.
El nombre de caracara fue asignado por los indígenas por el sonido que hace el ave. Cuando los colonizadores españoles y los vieron pensaron que tenían gran parecido con los quebrantahuesos, sobre todo en su comportamiento a la hora de la alimentación, por lo que les denominaron quebrantahuesos caracara y obtuvieron un nombre más. Sin embargo no tienen absolutamente nada que ver con los quebrantahuesos (Gypaetus barbatus).
Pueden vivir de forma solitaria o en grupos de incluso más de 50 individuos. Se alimentan de casi cualquier presa: pueden alimentarse de mamíferos, reptiles, aves, huevos, ranas, peces, insectos, incluso pequeñas crías de caimán. Es un oportunista y busca cualquier ocasión para conseguir alimento: suelen volar a poca altura para encontrar presas, aunque no tienen un vuelo muy rápido. Además pueden escarbar para buscar insectos y huevos, o si no han tenido una jornada muy productiva pueden robarles la comida a otras aves, incluidos los buitres.
Con la construcción de infraestructuras humanas en sus hábitats naturales, han sabido aprovecharse de la situación e incluso se ha observado una conducta muy concreta: por las mañanas salen a volar siguiendo las carreteras, de esta forma a veces encuentran animales atropellados, que como buenos carroñeros ellos pueden aprovechar casi por completo.