El lobo es el gran depredador de la península ibérica, y a pesar de que la teoría lo situaría en lo alto de la cadena alimentaria, se encuentra en grave peligro de desaparecer. Actualmente la población de lobos en España es de unos 2500 individuos, por lo que se necesitan urgentemente medidas para la protección de la especie, y solucionar su mala relación con los ganaderos.
Realmente, este mamífero es un gran depredador, el ganado es una presa fácil a la que recurren cuando desparece su hábitat (causado por la mano del hombre) o sus presas. Además, hay que tener en cuenta que el lobo es un animal social, que vive en grupos con una jerarquía en la que “el lobo que manda” es denominado lobo alfa. Estos lobos alfas suelen ser los más grandes, los más codiciados por los cazadores y perseguidos por los ganaderos porque creen que suponen un mayor peligro para su ganado. Sin embargo, cuando se da caza a un lobo alfa, el resto de la manada sufre un desequilibrio y en ocasiones se disgrega o provoca que aumente el número de lobos solitarios. En estos casos aumentan las posibilidades de que el lobo se acerque al ganado en busca de una presa fácil, ya que con todas los obstáculos que les hemos puesto no encuentran otras opciones.
En 2005 se aprobó la Estrategia Española de Conservación y Gestión del Lobo, un marco de referencia en la gestión de este animal en España, sin embargo es insuficiente puesto que se sigue dando caza, en muchos casos permitida por las administraciones y políticos, con la excusa de hacer un “control cinegético” innecesario, puesto que lo que habría que trabajar sería en el control de la población de lobos para su conservación y para conseguir la convivencia con los ganaderos.