
Si estáis leyendo esto desde vuestro móvil, es gracias a que podéis sujetarlo. Esto que nos parece una tontería llevó años de evolución. La mano de los humanos actuales se distingue de la de otros primates por tener el pulgar oponible largo y robusto que permite hacer presiones con gran precisión.
Sin embargo, no somos la única especie que posee un pulgar oponible. Aunque el nuestro esté muy especializado, y ahora mismo me esté permitiendo escribir sobre el teclado de un portátil con cierta agilidad, es un rasgo común para la mayoría de los que forman el grupo de los primates, aunque no todos los tienen desarrollado en la misma medida ni tienen la misma destreza.
Este pulgar es una gran ventaja evolutiva respecto otras especies, esto significa que gracias a los nuevos movimientos (en mayor o menor medida), estas especies adquieren nuevas capacidades que les dan una ventaja en el medio, como pueden ser el transporte de objetos sin llevarlos en la boca, la elaboración y uso de herramientas, o incluso una mejor sujeción a árboles y ramas, lo que es muy ventajoso en la naturaleza si te persigue un depredador y necesitas desaparecer de su vista rápido. Gracias al pulgar el lemur de la foto puede sujetar la uva que se está comiendo.
Fuera del grupo de los primates, existen casos en los que podemos ver pulgares, o eso parece a primera vista. Los osos pandas presentan un «falso pulgar», llamado falso porque anatómicamente no es un dedo sino que está constituido por un hueso llamado sesamoideo radial que, en muchos carnívoros, es sólo un pequeño componente de la muñeca. Sin embargo su especialización a la hora de alimentarse sólo de bambú, le ha hecho desarrollar este sexto dedo que le ayuda en la tarea.
Otro caso fuera de los primates es el koala: su mano se caracteriza por tener tanto el dedo índice como el pulgar en el lateral de la mano, ayudando así a que funcione como unas pinzas y le sirva para alimentarse mejor de eucaliptos. Por último, la zarigüeya, aunque es un marsupial, también tiene cinco dedos, y en sus patas traseras uno de ellos es un pulgar, el único dedo que no lleva garra.